Y, a veces, consigo hacer sonar la flauta, las trompetas de los rechonchos querubines del cielo, la gran batucada que imagino es el infierno.
Porque, damas y caballeros (os digo esto porque no os conozco bien), hay una banda sonora para todo. ¡Nos la hemos ganado! Nosotros escribimos las letras pero la música, ¡ah, la música!, ésa fresca muchas veces viene sola, no hace falta que la invite nadie. Y casi siempre es bien recibida.
Así que aquí os dejo una selección musical apta para todos los oídos. Un poco de todo. Un popurrí.
¿Y vosotros? ¿Sois de música o de silencios?
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